Los villanos más famosos

Ya saben muchas cosas sobre los malos de los cuentos, son unos personajes que despiertan mucho interés, pero para saber cuáles son los malvados más famosos, un día nos encontramos en clase unas tarjetas con adivinanzas. 

Teníamos que adivinan de qué personaje hablaba cada adivinanza. La primera les pareció algo complicada y necesitaron un poco de ayuda, pero una vez pillada la dinámica fue todo coser y cantar. 

Después, con las imágenes de estos personajes y las tarjetas con sus nombres, intentamos deducir en qué cartel ponía el nombre de cada uno de ellos. 

Entre todos conseguimos poner el nombre a cada personaje.

Y ¿cuál es el malo más conocido? 

EL LOBO

Aparece en los cuentos que más nos gustan, lo hemos visto en Caperucita, Los tres cerditos, Los siete cabritillos,... En todos trataba de comerse a los personajes buenos engañándolos, pero siempre salía escarmentado. Así que hemos decidido decorar las puerta de nuestra clase con este personaje y su deseada Caperucita. 

También hemos leído algunos cuentos en los que el lobo es un personaje bueno como La ovejita que vino a cenar y ¡Que llega el lobo! para darnos cuenta que los lobos no siempre son malos. 

Aquí les veis trabajando en la decoración.

Y así es como quedó nuestra puerta.

Más matemáticas

Os dejo unas cuantas fotos para que veáis todo lo que estamos aprendiendo jugando con las matemáticas. 

La verdad es que han avanzado mucho desde que comenzamos, estamos consiguiendo grandes resultados, a veces hasta yo me quedo sorprendida y lo mejor de todo es que están aprendiendo a la vez que juegan. 

¡Estos pingüinos tienen mucha hambre!

A veces es difícil resistirse a comer una galletita, pero cuando nuestros pingüinos tienen la tripa llena nos toca el turno a nosotros.

 También jugamos en las mesa a emparejar cantidades con diferentes patrones. 

Ahora toca jugar a los bolos, vamos reconociendo el nombre de los números y asociamos cantidades porque la seño nos pone tantos sellitos como nos indica el número que hemos tirado. 

Colocamos la torre de policubos que nos ha tocado en su lugar dependiendo del número de pisos que tenga.

Nos iniciamos en la recta numérica, para ello colocamos nuestras piezas en su lugar para saber hasta qué número llegamos. 

Colocamos en orden estos botellines que se nos han desordenado. 

Ponemos tantos clips en el imán como nos indica el número. Ya reconocemos la grafía y lo asociamos fácilmente a la cantidad, aunque a veces nos resulta complicado dejar de poner elementos y tenemos que volver a empezar. 

Y ahora nos toca cocinar, podemos hacer salchichas o albóndigas para cocinar en nuestra sartén, pero tenemos que tener en cuenta cuántas necesitamos. 

Reconocimiento de formas geométricas sólo a través del tacto.

 ¡Así es mucho más divertido!

Otra vez asociamos cantidades con grafías

¡Cuánto hemos trabajado!

¡Y lo bien que lo hemos pasado!

Comenzamos con malvados de cuento

Este tercer trimestre estamos trabajando el proyecto malvados de cuento. Es un tema que por sí solo suscita mucho interés entre los niños y niñas, pero quería darle un toque de magia e intriga para comenzar con él, así que un día después del recreo, al entrar en clase, nos encontramos con todo esto.

Pero, ¿qué es todo esto?

Un limón, un plano, el cuento de Peter Pan y una carta donde gracias a Dios se nos explicaba todo. 

Resulta que Peter Pan y Campanilla nos estaban pidiendo ayuda, el Capitán Garfio había robado los polvos de hada de Campanilla y ahora no podía hacer magia. La única pista que teníamos era un mapa, así que decidimos seguirlo para ver si los encontrábamos. 

¿Y para qué era el limón?

Pues para comprobar si los polvos que encontrábamos eran realmente mágicos, en la carta nos decían que para saber si eran mágicos teníamos que mezclarlos con un poco de zumo de limón. Si salía mucha espuma entonces estábamos ante los auténticos polvos mágicos de Campanilla. 

Así que nos pusimos manos a la obra. Fue un poco complicado interpretar el mapa, pero con un poco de ayuda enseguida dieron con lo que estábamos buscando. 

¡El Capitán Garfio los había escondido en nuestra biblioteca!

¡Siiiiii, eran polvos!

Pero aún teníamos que saber si realmente eran mágicos. Echamos un poquito de zumo de limón y....

¡nos salió un montón de espuma!